MALOS Y BUENOS HÁBITOS QUE REDUCEN O ALARGAN LA VIDA ÚTIL DE TUS NEUMÁTICOS.

Los neumáticos son uno de los componentes que sufren más desgaste de nuestro coche, ya que están constantemente en contacto con el asfalto, por eso es necesario reemplazarlos cuando es necesario y no descuidarlos, ya que puedes poner en peligro tu seguridad cuando vayas conduciendo.

 

Aunque en ocasiones creamos que estamos pendientes de los componentes de nuestro vehículo, podemos llevar a cabo malas costumbres que pueden perjudicar gravemente el estado de los neumáticos. Algunas de ellas son:

  • No vigila la presión de los neumáticos.

Se aconseja vigila la presión de los neumáticos cada dos semanas sobre todo si utilizas el coche muy a menudo.

Si circulas con menos presión de la adecuada aumentará considerablemente el consumo de combustible, será menos estable y el neumático se desgastará de forma irregular.

Ahora bien, a la hora de inflar tus neumáticos no tienes que ponerlos “a reventar”, ya que un inflado excesivo hará que se desgaste más por la zona central y eso propiciará que tengas que sustituir antes de tiempo tus neumáticos.

  • Subida de bordillos.

Hay personas que tienen la mala costumbre de aparcar subiéndose al bordillo para así quedar el coche lo más cerca posible a la acera, pero esa acción puede desgarrar el flanco de tu neumático.

Al rozar tus neumáticos estos pueden sufrir bolladuras por lo que tendrían que ser reemplazados cuanto antes.

Por eso evita en la medida de lo posible subirte a los bordillos y si es necesario, procura hacerlo por la parte más baja y a poca velocidad.

  • Conducir de manera agresiva.

 Frenar, acelerar y coger las curvas rápidamente provoca que los neumáticos se gasten más rápidamente.

Ser prudente al volante permitirá a tus neumáticos tener una vida más larga y de mayor calidad. Si tiene un coche de mayor potencia, recuerda que los neumáticos serán mas propensos a un desgaste prematuro.

  • Aumento de la velocidad al pasar por badenes y resaltos.

Si se te ocurre pasar rápido por encima de un badén o resalto, ya sea porque llevas prisa o por gusto, debes saber que así acortas la vida útil de los neumáticos y pueden desarrollar un bollo y/o puedes cargarte la alineación del coche.

Lo mejor es pasar a muy baja velocidad para así evitar daños mayores para tu vehículo.

  • Ignorar vibraciones y desgastes irregulares.

Si comienzas a notar que tu dirección comienza a vibrar a cierta velocidad, de forma notable o incluso molesta, no lo ignores. Posiblemente el equilibrado de alguno de nuestros neumáticos no este en las mejores condiciones y tengamos que comprobar la alineación y equilibrado de los neumáticos.

Recuerda, si los neumáticos están equilibrados, el coche no vibrará y si están alineados, el coche irá recto y no se irá para los lados. 

  • No rotar tus neumáticos.

Para conseguir que el desgaste de tus neumáticos sea más regular, es aconsejable rotarlos cada 10.000 o 15.000 kilómetros.

Por si alguien tiene dudas, rotar los neumáticos es modificar la posición de las ruedas del coche, así evitaremos un desgaste desigual de los neumáticos.

  • Sobrecargar el vehículo excesivamente.

Si sobre cargas el coche excesivamente ya sea con equipajes o con personas, esto afectará directamente a tus neumáticos ya que una llanta que soporta más carga de lo debido, se sobrecalienta, dando lugar a deformaciones en los neumáticos e incluso puede correr el riesgo de reventar. 

  • No guardar correctamente los neumáticos de invierno.

Cuando guardemos los neumáticos de invierno debemos almacenarlos en lugares donde no estén en contacto con fuentes de calor, con suelos manchados de aceite o zonas húmedas.

Deben guardarse inflados y colocados en posición vertical si están montados sobre la llanta.

No tener en cuenta estos consejos puede poner en peligro la vida útil de nuestros neumáticos y producirle daños tales como pinchazos, al no contar con la presión correcta o reventones si chocas con un bordillo e incluso un desllantado a la hora de coger una curva muy rápido.

 

La importancia de mantener tus neumáticos en buen estado.

El mantenimiento y el cuidado de los neumáticos es crucial en la seguridad vial. Si sabemos cómo cuidarlos, cómo llevar a cabo el mantenimiento periódico y detectar cualquier defecto en ellos, puede resultar clave para nuestra seguridad.

Pero, ¿cómo debemos llevar a cabo ese mantenimiento?

Como hemos indicando anteriormente, comprobar la presión de los neumáticos es muy importante para garantizar nuestra seguridad en la carretera. Esta comprobación ha de realizarse cuando los neumáticos estén fríos y para llevarla a cabo solo se necesita un manómetro que puedes encontrar en cualquier estación de servicio. 

En el manual del vehículo te indicará qué medida de presión debe llevar cada neumático, puesto que es importante averiguar la presión exacta y saber si en tu vehículo la presión recomendada es distinta para los neumáticos traseros y los delanteros. Pero no es necesario perder la paciencia rebuscando entre los papeles que llevas en la guantera, simplemente localiza el adhesivo donde tendrás este dato escrito para tenerlo siempre a mano. Puedes encontrarlo pegado el depósito de gasolina, en el lateral de la puerta, en el capó o en el portón trasero.

Un aspecto también muy importante en qué debemos fijarnos es en el dibujo de nuestros neumáticos. Por ley no se puede circular con unos neumáticos cuyo dibujo tenga una profundidad inferior a los 1,6 mm. Todos los neumáticos cuentan en el interior de su banda de rodadura con un testigo de desgaste que indica cuándo hay que sustituirlos, es decir, cuando estén al ras del resto de la goma.

Recuerda siempre contar con profesionales para realizar el montaje, desmontaje y equilibrado de los neumáticos con el material adecuado, ya que si estas tareas se han realizado de manera incorrecta, el conductor notará que la dirección se desvía o que el volante vibra más de lo normal. Además, un buen equilibrado previene el desgaste prematuro y ayuda a proteger la suspensión, la dirección y la transmisión del vehículo.

Si quieres conseguir una eficiencia óptima, hay que montar los neumáticos más nuevos en el eje trasero, puesto que este eje que no está conectado al volante, lo que dificulta el control de su adherencia y contribuye a tener un mayor control en las frenadas de emergencia y en las curvas cerradas, y en consecuencia reduce el riesgo de perder el control.

El sistema de suspensión también tiene que ser revisado ya que, el amortiguador es un elemento que se deteriora progresivamente comprometiendo la seguridad del vehículo, especialmente en conducción extrema y situaciones de riesgo.

Como a todo en la vida, la edad influye y para los neumáticos no iba a ser menos. A partir de los cinco años de edad estos comienzan a perder propiedades sin importar su nivel de desgaste y podemos encontrarnos peligros habituales como la cristalización, que consiste en un endurecimiento y en una pérdida de elasticidad de las gomas, y el agrietamiento, así como el aumento de la distancia de frenado, del consumo de combustible y de las probabilidades de sufrir aquaplaning. Además, no garantizan un buen agarre y se convierten en neumáticos peligrosos para la circulación.

Por último, y sobre todo este es un buen consejo a tener en cuenta en los meses en los que suben las temperaturas, debemos evitar el calor, ya que exponer nuestros neumáticos a altas temperaturas reduce notablemente la vida útil de los mismos. Para evitarlo lo mejor es aparcar en lugares de sobre si dejamos el coche en el exterior y evitar circular en las horas de máximo calor, pues el asfalto podría quemarlos.

 

 

Proyecto de Comercio Electrónico y TIC objetivo temático: "Mejorar el uso y calidad de las TIC y el acceso a las mismas".

Neumáticos Herrera

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